Tuesday, November 16, 2004

Ajuste de los estados financieros por efectos de Inflación.

En el año 1990, se propone una metodología de ajuste de estados financieros por inflación que inicia una nueva era contable en Perú. Este cambio fue registrado en la Resolución No. 1 del Consejo Normativo de Contabilidad, como una respuesta a la distorsión generada por el registro de transacciones con diferentes valores monetarios. Estos valores provocaban que la situación contable de los estados financieros de las empresas estuviera distorsionada por la pérdida del valor monetario de la divisa peruana, reconociendo implícitamente que la revaluación del activo fijo no satisfacería las demandas de contar con información confiable.

Esta resolución ordena “adoptar el principio de Ajuste a Moneda Constante en la información económica de los agentes económicos del país”. El objetivo es contar con una mejor fuente de información sobre la situación económica y financiera de las empresas que pueda ser utilizada por los accionistas, la gerencia, los acreedores, bancos y demás entidades que la requieran.

Hasta este momento, no se mencionaban los métodos de ajuste: parcial o integral. El Consejo Normativo de Contabilidad emite la Resolución No. 2 que plantea el ajuste integral, esto es, la corrección monetaria del estado de resultados y el balance general. A finales de noviembre de 1990, se promulga el Decreto Legislativo No. 627, basado fundamentalmente en las Resoluciones No. 1 y No. 2 y con vigencia a partir del año fiscal 1992.

Es importante mencionar que en el contexto internacional y de acuerdo con la NIC 29, el ajuste o corrección monetaria de los estados financieros se debe realizar cuando la economía atraviesa un proceso de hiperinflación (registra una inflación acumulada de más de 100% durante 3 años consecutivos). Si analizamos la evolución del nivel de precios en nuestro país, advertiremos que ese proceso hiperinflacionario se detiene en el año 1992, justo cuando se vuelve obligatorio ajustar estados financieros por inflación e incorporar estas cifras como históricas. Países vecinos incluyen la inflación en las cifras históricas de los estados financieros desde los años setenta, mientras que las empresas en Perú solo revaluaban los activos fijos, en un intento parcial de corregir cifras. Cabe a su vez recordar que el excedente de revaluación que anualmente generaban las empresas, desde los setenta hasta el año 1991, era gravado con un impuesto de magnitud tal que provocó la quiebra de muchas de ellas.

La NIC 29, referida a la información financiera en economías hiperinflacionarias, dice que durante una época con economía hiperinflacionaria, se debe aplicar esta norma tanto en los estados financieros de la entidad como en los estados financieros consolidados, puesto que la moneda local no es útil si no es reexpresada. El dinero pierde su poder adquisitivo, de manera tal que, al comparar los montos de las operaciones y otros eventos que han ocurrido en diferentes momentos (inclusive en el mismo ejercicio), se puede concluir resultados engañosos.

Se debe mencionar que esta norma no establece una tasa absoluta a la cual se considera que se origina la inflación. Establecer cuándo será necesario expresar los estados financieros, de acuerdo con esta norma, es un asunto de criterio.

Como se mencionó anteriormente, tanto el D.L. No. 627 como la Resolución No. 2 proponen un ajuste integral de los estados financieros: el balance general, el estado de pérdidas y ganancias y el estado de cambios en el patrimonio neto. Con dicha norma establecida, las empresas debieron preparar los estados financieros a valores constantes y utilizar la base imponible ajustada por inflación para liquidar el impuesto a la renta.

El método de ajuste integral propone la reexpresión o actualización de las partidas no monetarias de los estados financieros. Dichas partidas no se afectan en épocas de inflación; sin embargo, su valor contable histórico se distorsiona justo por el efecto de este fenómeno. El incremento generado por el valor actualizado de las partidas no monetarias es acumulado en la cuenta resultado por exposición a la inflación (REI), la cual forma parte de la base imponible del impuesto a la renta de tercera categoría.

Para que las partidas no monetarias reflejen su valor real, el valor histórico se multiplica por el factor de actualización, coeficiente que resulta de dividir el índice de corrección de cierre entre el índice de origen. En este caso, el índice de corrección es el índice de precios al por mayor (IPM).

Quisiéramos resaltar algunos aspectos importantes de la metodología de ajuste. Primero, la cuenta REI refleja la exposición de la empresa ante la inflación de un período determinado. Este resultado es generado por las partidas monetarias; sin embargo, esta exposición es cuantificada en la cuenta REI mediante la corrección o ajuste de las partidas no monetarias. Segundo, la cuenta REI acumula, además del efecto inflación, la ganancia o pérdida a partir de la diferencia en cambio generada por las transacciones en moneda extranjera.

Se debe resaltar que aunque la norma contable incluye el ajuste del estado de flujos de efectivo e información complementaria, las normas tributarias no son claras al respecto. Por lo tanto, no existe un método concensuado para realizar su corrección. El ajuste se utiliza solo para efectos de análisis comparativo sin incidencia tributaria.

Luego que las empresas aplicaran por algunos años el método de ajuste integral de los estados financieros, el gobierno promulga el Decreto Legislativo No. 797, con fecha 31 de diciembre de 1995 y vigencia a partir del ejercicio gravable del año 1996 en adelante. La aparente razón de su promulgación fue la superación de aquellos niveles de hiperinflación registrados en años anteriores.

Este nuevo decreto contiene, como principal cambio, la derogación del método de ajuste integral de los estados financieros, y su reemplazo por el método de ajuste parcial. El método de ajuste parcial consiste en corregir, o re-expresar, solo las partidas no monetarias del balance general utilizando la cuenta REI para medir la exposición a la inflación de la empresa. Asimismo, propone dejar el estado de pérdidas y ganancias expresado con cifras históricas.

Este cambio de método de ajuste no tiene, desde nuestra perspectiva, ninguna justificación válida. Primero, no se pueden relacionar las cifras históricas del estado de resultados con las cifras ajustadas del balance general. Segundo, los niveles de inflación no justifican mantener tal norma tributaria vigente. Tercero, la norma mantiene el efecto inflación y el efecto devaluación en la cuenta REI, lo cual dificulta su análisis.

El cambio de método de ajuste genera una disyuntiva porque las resoluciones contables siguen en vigencia aun cuando, tributariamente, el ajuste se realiza de manera parcial. Esta situación da lugar a dos tipos de REI: el REI contable o financiero, de acuerdo con la metodología señalada en las Resoluciones No. 2 y No. 3; y el REI tributario, de acuerdo con el D.L. No. 797. El propósito de cada REI no es el mismo: el REI contable se utiliza para la determinación de la situación financiera y del resultado del ejercicio actualizados; mientras que el propósito del REI tributario es determinar la base imponible actualizada del impuesto a la renta de tercera categoría; el que trae como desventaja no poder determinar la valorización exacta de los gastos del ejercicio de una empresa. Es evidente que el REI contable es más exacto y útil para efectos de una evaluación financiera de la empresa, en el caso que el contexto económico justifique su aplicación.

Cabe resaltar que, no obstante los valores numéricos de ambos REI difieren, esta situación no se materializa en un mayor pago del impuesto a la renta porque la base imponible es la misma. Ahora bien, si partimos de la hipótesis que el gobierno busca la mejor forma de recaudar fondos para la caja fiscal, podemos señalar lo siguiente: al utilizar el IPM para ajustar las partidas no monetarias del balance, se genera una pérdida para las empresas porque en la actualidad la devaluación es mayor que la inflación. Por ello, plantear el uso de la devaluación como un nuevo ajuste para actualizar las partidas no monetarias, generaría un ingreso de la empresa que implicaría un mayor pago del impuesto a la renta. En caso contrario, generaría mayor gasto a la empresa (pasivo no monetario).

Los resultados de la hipótesis dependerían, entonces, del manejo de los niveles de inflación y devaluación y de la estructura patrimonial de la empresa. Una factura por cobrar en soles genera pérdida por inflación, mientras que una factura por cobrar en dólares genera ganancia por diferencia en cambio.
El efecto opuesto se da en los pasivos.

Finalmente, en cuanto al impacto tributario en las cifras ajustadas por inflación, debemos mencionar que la base imponible es la misma bajo los dos métodos de ajuste, tanto el integral como el parcial.

La inflacion en la decada 1,985 - 1,995 en elPeru.

Concepto de Inflacion.

La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios en la economía, y por ello es una enfermedad muy peligrosa, pues al desbocarse y convertirse en hiperinflación puede ser fatal, al punto de destruir una sociedad.
Desde el punto de vista financiero es la subida o bajada de los precios de los productos o servicios. Tiene una importancia vital para el inversor pues lo primero que este debe de conseguir es vencer la inflación para que de este modo su dinero no se deprecie. La inflación afecta a los tipos de interés y a la marcha de las monedas respecto de otras.

Causas y consecuencias.
La inflación es un fenómeno monetario que se genera por un incremento de la emisión de dinero por parte del Banco Central en la economía, y este incremento no corresponde proporcionalmente con el crecimiento de la producción.

La principal consecuencia es la perdida del “valor real” del dinero, con lo que los que menos tienen, se ven mas perjudicados pues su dinero pierde valor, y por ende les alcanza para acceder a una menor cuantía de productos y/o servicios.

Características.

En la década en estudio, podemos apreciar dos etapas claramente diferenciadas en función de las políticas económicas tomadas por el gobierno de turno. Así, mientras en el gobierno del Dr. Alan García, experimentamos una de las dos grandes hiperinflaciones (la primera se dio durante la guerra del pacifico, entre 1879 y 1883), durante el primer periodo del Ing. Alberto Fujimori, esta fue controlada y esto llevo a la estabilidad de la economía con los consecuentes beneficios para todos los peruanos.

En el primer caso, una política económica populista a ultranza llevo a una quiebra económica mucho mas severa que en la primera hiperinflación. No existió un agresor externo. Basto la política económica de Alan García para llevarnos al desastre económico mas grande de nuestra historia. Durante este periodo, la caída de la producción fue de 8%, el Producto Bruto Interno (PBI) per capita llego a 720 dólares, cifra inferior a la de 1960. las empresas estatales perdieron 1,653 millones de dólares y la población peruana se empobreció a niveles sin precedentes. El índice de pobreza critica se incremento en 41%, afectando a 13 millones de peruanos.
En el sector externo, el volumen de las exportaciones se estanco y las reservas internacionales (RI) llegaron a menos (-) 300 millones de dólares. La emisión se incremento en un millón por ciento, la devaluación en 1.6 millones por ciento y la inflación acumulada fue del orden del 2.2 millones por ciento.

En julio de 1990 es elegido presidente el Ing. Alberto Fujimori, el cual en corto tiempo, decide aplicar un programa de ajustes para controlar la hiperinflación, pero este esquema fracasa nuevamente, incrementándose para finales de ese año al orden del 7 mil por ciento. En febrero del ’91, se aplican cuatro reformas estructurales: las reformas macroeconómicas, la liberación de los mercados (de bienes y servicios, dinero y laboral), la reforma de la estructura de la propiedad (mediante la privatización de los activos del Estado) y la Reforma del estado con el objeto de reducir su tamaño y funciones. Después de 22 meses las primeras muestran resultados positivos, pues para el año ’92 la inflación se redujo al 57% anual, las RIN se incrementaron a 2 mil millones de dólares, la emisión monetaria creció a tasas menores que la inflación, sin embargo el crecimiento del PBI durante 1991-92 fue nulo. En los dos años y medio siguientes la inflación logro ser controlada, llegando en 1995 al 10%, y el crecimiento económico se empezó a desarrollar, para beneplácito de todos los peruanos.

A continuación presentamos la información macroeconómica correspondiente a Perú.

INFLACION
Año 1980 1981 1982 1983 1984
Tasa % 60.8 72.7 72.9 125.1 111.5

Año 1985 1986 1987 1988 1989
Tasa % 158.3 62.9 114.5 1,722.3 2,775.3

Año 1990 1991 1992 1993 1994
Tasa % 7,649.6 139.2 56.7 39.5 15.4

Año 1995 1996 1997 1998 1999
Tasa % 10.2 11.8 6.5 6.0 3.7

Año 2000 2001 2002 2003
Tasa % 3.7 -0.1 1.5 2.6

Fuente: Banco Central de Reserva del Perú - BCRP / Instituto Nacional de Estadística e Informática – INEI

Bibliografía.

- Boloña Behr Carlos. Lecciones de Economía. Instituto de Economía de Libre Mercado. Lima. Abril 1,999.
- Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Indicadores económicos del Perú 1994, en Estudios Económicos. Lima. Octubre 1999.
- Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Departamento de Economía. Políticas macroeconómicas y pobreza en el Perú. Documento de Trabajo Nº 145. Lima 1998.
- Universidad del Pacifico. Glosario Financiero. Facultad de Economía. Lima. Agosto 2,002.
- Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Compendio Estadístico. Web site del INEI. Lima. 2004.